Inspirado en los productos, la cultura y la belleza de cada destino, creamos una gastronomía para los cinco sentidos. Nuestro propósito es hacer una comida honesta, colocando los mejores productos en su plato. Llevarlo en un recorrido por el país, sus tradiciones, patrimonios, sabores y sazones, para que conozca lo auténtico.
Para esto seleccionamos y mimamos cada ingrediente desde que definimos su compra, o en algunos casos, los recogemos en nuestro huerto, hasta que llega a nuestras manos y lo preparamos para usted. Nuestros apasionados chefs están obsesionados con una cocina actual, técnicas, presentaciones auténticas y un buen sazón dominicano.
En esencia, cocinamos los alimentos todos los días procurando que cada bocado sea una experiencia que los conmueva.
CONCEPTO GASTRONÓMICO HOTELES MINT
Desde el siglo XV hasta hoy, han desembarcado en la Hispaniola personas de todas partes del antiguo mundo. Llegaron de reinos que nunca más serían como eran en esos tiempos, de un mundo en el que existía el tiempo en las distancias. La Isla los encontró, los cruzó, los vio irse y volver, perderse y buscarse. Ellos pasaron a ser parte de América y América nunca más dejó de ser parte de ellos.
En Quiqueya los bares y comedores fueron puertos en el puerto, muelles donde saciar la sed, noches donde ponerle palabras a la historia, vasos donde mezclar los vinos que cruzaban el Atlántico, los rones destilados en el Caribe y platos donde se mezclaban costumbres y vivencias. Desde los comedores primarios de La Isabella hasta los refinados palacetes españoles fogonearon la cocina de la Hispaniola.
Llegaron cocineros españoles e italianos, el anís, el Jerez andaluz, el ron de Cuba navegando por el Atlántico y el champagne de los franceses. Llegó otra sed, otra hambre, otras historias, otros pasados, otro futuro.
En Quiqueya los bares y comedores fueron puertos en el puerto, muelles donde saciar la sed, noches donde ponerle palabras a la historia, vasos donde mezclar los vinos que cruzaban el Atlántico, los rones destilados en el Caribe y platos donde se mezclaban costumbres y vivencias. Desde los comedores primarios de La Isabella hasta los refinados palacetes españoles fogonearon la cocina de la Hispaniola.
Llegaron cocineros españoles e italianos, el anís, el Jerez andaluz, el ron de Cuba navegando por el Atlántico y el champagne de los franceses. Llegó otra sed, otra hambre, otras historias, otros pasados, otro futuro.